SOLCHAGA AFIRMA QUE LA HUELGA GENERAL ES UN INSTRUMENTO "DEVALUADO"

MADRID
SERVIMEDIA

El ministro de Economía, Carlos Solchaga, manifestó, en una entrevista difundida hoy por la Cadena SER, que la huelga general "no sirve de verdad a los intereses de los trabajadores" y que al Gobierno no le preocupa especialmente su convocatoria porque se ha convertido en un instrumento de protesta "devaluado".

A su juicio, no hay motivos para esta movilización, si se consideran "las mejoas de las pensiones, la mejora del poder de compra, la elevación de los niveles de consumo y la extensión y universalización de la sanidad".

En su opinión, no cabe convocar una huelga general por un desacuerdo con el Gobierno en un asunto concreto, como el decreto que recorta el seguro del paro, medida que, según su criterio, habrían apoyado líderes históricos del PSOE como Indalecio Prieto y Largo Caballero.

Solchaga puso en duda que la huelga general vaya realmente a producirse y dijo que, en tdo caso, es una forma de protesta devaluada, que tiene un carácter más simbólico que de rebelión social o revolucionaria, como ocurría en el pasado.

El ministro recalcó que el Plan de Convergencia tienen el apoyo total del Gobierno y que el decreto del desempleo cuenta con un respaldo "muy generalizado" dentro del Partido Socialista.

Precisó que las modificaciones al decreto en su tramitación parlamentaria podrán ser "de sustancia" si el Gobierno llega a la conclusión de que pone en peligro el fucionamiento de sectores con contratos temporales de corta duración, entre los que citó el del turismo y hostelería.

En su opinión, sería de "un cinismo absoluto" presentar el decreto para su convalidación en el Parlamento y no estar dispuesto a introducir modificaciones. "Estamos dispuestos a considerarlas, pero siempre que se preserve su objetivo fundamental", agregó.

El ministro de Economía dijo que "si un Gobierno se abstiene de tomar decicisiones porque tiene aspectos impopulares, tan sólo po ganar las elecciones, no está haciendo el papel que los ciudadanos quieren que cumpla".

Opinó que es más fácil ganar las elecciones con el Plan de Convergencia que sin él, pero consideró preferible arriesgarse a perder la mayoría absoluta en el Congreso y tener que recurrir a un Gobierno de coalición, si ese es el precio para sacar adelante dicho plan.

LOS SINDICATOS Y LOS TITULARES

El ministro acusó a los líderes sindicales de tener "una maestría especial en hacer declaraciones para crear titlares pero no para discutir a fondo las cosas", y negó que él haya impuesto al resto del Gobierno sus tesis respecto al Plan de Convergencia.

"Este no es el programa del señor Solchaga, es el programa del Gobierno y del Partido Socialista" señaló. "Nunca he visto un programa de Gobierno -añadió- que tuviera una discusión tan larga y tan cabal como éste en la Comisión Delegada de Asuntos Económicos y en el Consejo de Ministros".

Según el ministro, el Plan de Convergencia pretende conseguir que la enta "per capita" de España se aproxime rápidamente al nivel de la Comunidad Europea y para eso es necesario aumentar la cantidad de gente empleada, que actualmente representa el 41 por cien de la población, hasta el 45 ó el 50 por cien.

La vía para lograrlo es, a su juicio, crear "un marco de competitividad y flexiblidad" que estimule una búsqueda más activa de empleo, mejore la formación profesional e incremente las inversiones productivas.

"No quiero ver a los españoles como ciudadanos de seguda en la Comunidad Europea, que lo único que puedan hacer es pedir más fondos de cohesión y más transferencias de dinero porque no somos capaces de organizarnos y ser competitivos", afirmó.

Solchaga señaló asimismo que la falta del Plan de Convergencia hubiera supuesto "condenar a la ciudadanía a la pérdida de esperanza en el futuro", y se mostró convencido de que "al final, el buen sentido, como ha ocurrido en España desde la muerte de Franco, acabará imponiéndose".

Por último, se definió polítiamente como socialdemócrata y aseguró que se siente a gusto dentro del Partido Socialista porque permite defender sus puntos de vista a "quienes dentro de ese socialismo, de esa socialdemocracia, tenemos sentimientos más liberales".

(SERVIMEDIA)
27 Abr 1992
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