"La reforma mantendrá, en líneas generales, el tratamiento que actualmente reciben las ganancias patrimoniales y la deducción por vivienda", dijo Solbes en un discurso en el Club Siglo XXI, algo que choca en parte con lo anunciado por el PSOE en su programa electoral, donde anunciaba un endurecimiento del trato a las plusvalías, que actualmente pagan el 15% con independencia del volumen de las mismas.

El ministro de Economía y Hacienda reiteró que la reforma del IRPF será "pausada" y que incluirá reducciones en el número de tramos de la tarifa, menor carga impositiva para las rentas del trabajo y mejor tratamiento para las circunstancias familiares y personales adversas.

Fuera de este asunto, Solbes destacó la buena labor económica del Gobierno anterior en materia fiscal y de reformas (aunque se paralizaron en la segunda legislatura) y destacó la buena situación de la economía española.

En este sentido, reconoció que, con los cambios estadísticos introducidos en la última Encuesta de Población Activa (EPA), que ha aflorado un millón de nuevos empleos, la economía española crece a un ritmo "claramente" superior al 3%, frente al 2,7% reconocido como dato de crecimiento del PIB en 2004.

No obstante, Solbes alertó inmediatamente después de los problemas en los que se encuentra la economía española, sobre todo la falta de productividad y de competitividad, e incluso llegó a decir que, si no se modifica el modelo actual de crecimiento, podría haber problemas de futuro.

Entre las reformas en marcha, destacó la de Defensa de la Competencia y, sobre todo, la nueva reforma laboral, ya en marcha, en la que subrayó el nuevo "talante sindical" de los dirigentes de UGT y CCOO. En este sentido, apostó por lograr rebajar la temporalidad y combinar la flexibilidad con la necesaria protección de los trabajadores.

CCAA

Solbes destinó un capítulo especial a tirar de las orejas a las autonomías que han iniciado un proceso de reforma estatutaria y que piden más dotación presupuestaria. Les espetó que es hora de que salgan de la "ensoñación" de que el Gobierno recaude más y suba impuestos para darles a ellas más dinero.

Por ello, abogó por un modelo que traspase a las comunidades autónomas y también a los entes locales más capacidad para poner en marcha sus propios sistemas de recaudación o, de lo contrario, apretarse el cinturón en el gasto.

Destacó el "potencial" del Estado autonómico español en los últimos años, pero alertó para que no aparezcan "costes" que no derivan de la distribución de poder entre Gobierno y comunidades autónomas, sino del "uso" que se haga de ese poder.

Finalmente, sobre posturas de financiación local y autonómica que puedan considarse independientes o que intenten marcar el camino a seguir, como la realizada por el Gobierno catalán, dijo que "requieren el acuerdo de todos" y el Ejecutivo central intentará impulsar el consenso.