Solana explicó que "seguir jugando a la escalada de la tensión en estos momentos es un error" y señaló que todos los rehenes deben ser liberados sin condiciones y que la actividad diplomática tiene que ser redoblada para que los dirigentes de Belgrado reconozcan las fronteras de Bosnia-Herzegovna.

"Si eso se produce", añadió el ministro, "significaría muy probablemente un cambio desde el punto de vista político y quizás también psicológico en esta terrible guerra".

El titular de Exteriores, que hizo estas declaraciones en los pasillos del Congreso, antes de asistir a una reunión con los parlamentarios socialistas europeos, indicó que son dos los objetivos básicos de la Fuerza de Intervención Rápida en Bosnia: proteger a las fuerzas de UNPROFOR que están desplegadas sobre el terreno y hcer posible que realicen su acción humanitaria.

Solana insistió en que los "cascos azules" continuarán en la antigua Yugoslavia y que otro de sus objetivos será el de tratar de reagrupar a algunas fuerzas que están demasiado dispersas y que corren el riesgo de ser tomadas como rehenes, actitud que calificó de "rechazable" y "repugnante".

Preguntado si la próxima presidencia española de la Unión Europea puede tener alguna incidencia en la resolución del conflicto de Bosnia, dijo que los meses venieros serán de una gran importancia para tratar de encontrar una solución.

"Este terrible conflicto", precisó, "no tiene una solución estrictamente militar. Esta guerra no tiene más que una salida política y de eso todos tenemos que ser conscientes".