A juicio de la SGAE, los antiguos monjes se dedicaron a rescatar manuscritos de diez siglos de antigüedad y a transcribirlos de tal modo que pudieran ser comprendidos en la actualidad, "algo imposible hasta el momento".

De este modo, la SGAE respalda la petición de los antiguos directores del coro de Silos, que an expresado en varias ocasiones que parte del éxito alcanzado por la obra se debe a los arreglos que ellos efectuaron en su día, por lo que en el caso de que produjeran beneficios por derechos de autor estarían dispuestos a cobrarlos.

Esta iniciativa ha sufrido numerosas críticas por parte de los expertos, que han señalado que estas obras, compuestas hace varios siglos, son ya dominio de la humanidad y no pueden, por tanto, generar derechos de autor.

No obstante, la Sociedad General de Autores sbraya que la declaración de propiedad de la obra es responsabilidad personal de los antiguos monjes benedictinos.

"Desde el momento en que Ismael Fernández y Francisco Javier Lara firman bajo su responsabilidad la autoría de una obra, nosotros lo aceptamos en cumplimiento del artículo siete de nuestros estatutos. Desde ese momento, la SGAE representará los arreglos y ejercerá su responsabilidad, como sucede con el resto de los socios", añada la SGAE.