El objetivo de esta medida, explicó el ministro a la salida de la reunión mantenida hoy con los representantes de salud de las CCAA, es hacer un seguimiento de los enfermos polimedicados y disminuir así los errores y problemas médicos en la toma de fármacos, que si bien "no son graves", pueden evitarse.

Y es que, según Sanidad, "muchos de los problemas de salud relacionados con los medicamentos que terminan requiriendo atención sanitaria en las urgencias de los hospitales afectan a pacientes crónicos polimedicados". Para disminuir la incidencia de estos casos, se contratará "ad hoc" a 500 profesionales que deberán ayudar al paciente a cumplir lo prescrito por el médico mediante apoyo presencial, así como medir su eficacia y eficiencia, además de detectar efectos adversos y errores de medicación. Igualmente, habrán de impulsar acciones concretas para evitar el almacenaje de fármacos que no se usan.

El resultado de las revisiones de los tratamientos que hagan estos profesionales se pondrá a disposición del médico responsable del paciente para la eventual toma de decisiones.

Con esta medida, Sanidad y ccaa pretenden mejorar la coordinación de profesionales sanitarios de atención primaria y hospitalaria, así como de los farmacéuticos.