No tiene sentido, en su opinión, que el salario mínimo decrezca en términos reales, habiendo perdido hasta un 13% de poder adquisitivo desde 1981, mientras los beneficios y la productividad han aumentado de forma "considerable".

Aunque se congratuló de que "por fin" haya un único salario de este tipo para acabar con la discriminación por edades, reprocha al Partido Popular haber logrado "una nuea contrarreforma laboral al forzar un salario mínimo interprofesional que representa el menor porcentaje en Europa con respecto al salario medio de los trabajadores industriales".

Finalmente, recordó que este salario representa en España el 34% del salario medio y que España ratificó en 1980 la Carta Social del Consejo de Europa, que considera un salario mínimo digno el 68% del salario medio para cada Estado".