En dicha lista negra figuran apuntes sobre domicilios y lugares de ocio de posibles `víctimas'. Los autores del último número de "Cirrosis" califican a una de sus víctimas de "guarrilla" y otra la tachan de "libertario", mientras que aconsejan bombardar con cócteles molotov el local de otra.

La aparición de esta lista negra provocó la reacción de diversas asociaciones pacifistas y antirracistas, como SOS Racismo, Radical Ga, Jóvenes contra la Intolerancia y Juventudes Libertarias.

Mientras que Radical Gay criticó la actitud de la policía, dado que los afectados han tenido que enterarse de su situación a través de la prensa, los portavoces de SOS Racismo exigieron una intervención enérgica del Gobierno ante el carácter ilegal que ha cobrado esa banda.

Por su parte, la asociación Juventudes Libertarias, mencionada en el panfleto, manifestó su satisfacción por el hecho de que se halla descubierto que los cabezas rapadas son una organización bien estructurada y con dinero procedente tanto de las `hinchadas' ultras como de las tiendas paramilitares.

El sindicato anarquista CNT recalcó que los cabezas rapadas han dejado de ser una simple tribu urbana para pasar a ser una organización de tipo fascista que representa un gran peligro para la ociedad.