Según Lara Contretas, portavoz de Intermón Oxfam en España, "la falta de alimentos y combustible no hace más que agravar la situación. Además, la salud de la población peligra debido a la escasez de cloro con el que tratar el agua y con vertidos de aguas residuales en las calles, como el acaecido en Beit Hanoun".

"Es cierto que unos pocos alimentos pueden encontrase aún en Gaza, pero el bombardeo impide a las agencias humanitarias la distribución del resto en una zona donde el 80% de la población depende de la ayuda alimentaria", subrayó.

Además, Contreras afirmó que "en los casos en los que hay comida disponible en los mercados, el precio de los productos se triplica".

Añadió que el conflicto está afectando especialmente a la población que ya antes era vulnerable y explicó que aunque estas personas consigan "comprar algo de comida, necesitan combustible para cocinarla y también este es ya muy escaso en Gaza".

En el ámbito sanitario, Oxfam Internacional afirmó que los hospitales disponen de generadores y de combustible suficiente para algo más de una semana, y el mayor problema es el elevado número de heridos que atienden.

Desde el inicio de las hostilidades, Oxfam Internacional ha tenido que suspender por seguridad un programa de cooperación del que se beneficiaban 65.000 personas.

Oxfam Internacional hizo un llamamiento a la UE, que ha enviado una delegación a Oriente Próximo, para que ejerza la máxima presión a todas las partes involucradas en el conflicto de Gaza, con el fin de alcanzar un cese inmediato del fuego y permitir el acceso de ayuda humanitaria a la franja.