Rubiales dijo en tono apenado que la situación personal de González es "completamente absurda, surrealista, extraña, lamntable, y sin sentido. Absurda, absurda". La delegada confía en que no se intente salpicar a González con un final político como el del italiano Bettino Craxi. "No tiene absolutamente nada que ver la situación de Craxi con la que están tratando de involucrar a Felipe González".

Rubiales cree que así no se puede conducir la democracia española. "La derecha española tiene que acostumbrarse a ganar y perder elecciones. Y esa es todavía una asignatura pendiente de la historia de España. Sería buenísimo qu la derecha gane y pierda democráticamente para conseguir cerrar bien esa página de la historia de España. Eso falta en la historia de la transición española".

A su juicio, las elecciones en otoño no están descartadas. "Cualquier cosa puede pasar. Cuando una cosa se resuelve de mala manera con elementos de presión, y como las condiciones que se han producido son tan extrañas, pueden volverse a reproducir enseguida. Pueden quedarse algunos elementos de un cierto chantaje que pululan sobre la sociedad epañola inmersos en la misma y poderse ejercer después sobre los nuevos gobernantes".

Amparo Rubiales, que opina que González es el mejor candidato del PSOE, cree que el juez Garzón es perfectamente criticable en un Estado de Derecho con libertad de expresión.

"Nadie puede quedar exento a las críticas. Cuando fue número dos de las listas del PSOE podía haber tenido el mismo celo en averiguar por parte de González si tenía algo que ver (con el Gal). Entonces no tuvo ningún tipo de interés y fue desrás de Felipe González en la lista y era instructor de los Gal, y sabía que estaba sin despejar esa incógnita. Habló muchas veces con González y si tenía ese celo podía haberlo intentado aunque fuera a nivel personal y ético. Y si además de ser honrado hay que parecerlo, también con las actuaciones judiciales hay que hacer lo mismo", afirmó.