Los representantes sindicales del taxi y los concejales de Transportes de las localidades de la periferia, acudieron esta mañana a la Plaza de la Villa, para forzar una reunión con Larraz, quien, por otra parte, no puso objeción alguna a que ésta se celebrara.

Pese a que ambas partes parecen defender posturas semejantes sobre el área unificada del taxi y las tarifas, el acuerdo no termina de cristalizar.

Los sindicalistas y los concejales exigieron en la reunión con el concejal de Cirulación que el ayuntamiento cumpla el acuerdo firmado el 22 de febrero entre un grupo de sus representantes y el propio Larraz y el tercer teniente de alcalde, José Luis Garro.

Dicho acuerdo, según los representantes del taxi, se alcanzó después de que concejales y sindicalistas se encerraran en el ayuntamiento madrileño el pasado 22 de febrero.

El compromiso, a juicio de los concejales del área metropolitana, está pendiente exclusivamente del visto bueno del primer teniente de alcalde, José Marí Alvarez del Manzano, y de la aprobación del pleno municipal.

ENTE GESTOR

El acuerdo establece las nuevas tarifas y la creación de un ente gestor, en el que participarán las corporaciones implicadas, los sindicatos, el Consorcio Regional de Transportes y la Federación Regional de Municipios y Provincias.

Las tarifas acordadas, que en muchos casos no suponen la modificación de las actuales, serán de tres tipos: tarifa 1 (dentro de la ciudad y hasta el límite actual) a 55 pesetas el kilómetro recrrido; tarifa 2 (desde el límite actual hasta el municipio concertado) a 70 pesetas y tarifa 3 (aplicable los domingos) a 85 pesetas.

El acuerdo recoge también la creación de 375 nuevas licencias para otros tantos asalariados.

Por su parte, Larraz manifestó que las diferencias en estas negociaciones "son muy pequeñas, pero están a una gran distancia por la radicalización de las posturas".

Los taxistas concentrados frente al ayuntamiento se preguntaban cómo podía lograrse un acuerdo con la coporación local cuando uno de los concejales, Clemente Torres, del PP, tiene intereses en el sector del taxi e, incluso, es vicepresidente de la Asociación Gremial, "con intereses diferentes a los nuestros".