Cerca de 200 jóvenes se concentraron en la calle Serrano para preparar su tradicional ataque contra el colecio Maravillas, aunque la policía se lo impidió. Los estudiantes respondieron con cortes de tráfico en la calle Serrano y con el lanzamiento de piedras, huevos y litronas contra los agentes. Finalmente, los incidentes se saldaron con tres detenciones y varios heridos.

A juicio del Sindicato de Estudiantes, fue la manera de actuar de la policía lo que ha convertido un hecho que siempre había resultado pacífico y no iba más allá de una simple anécdota estudiantil en una carga policial indiscriminada, cuyo único objetivo fue "amedrentar al movimiento estudiantil y presentarnos a los estudiantes como violentos".

Por ello mostró su apoyo a los estudiantes heridos en estos sucesos, a los que ofreció su ayuda en cualquier medida de denuncia o movilización que se planteen.