El joven, vecino de la pedanía murciana de Cabezo de Torres, llamó por teléfono a sus padres desde un centro comercial fingiendo ser el secuestrador y exigiendo el pago del rescat en el plazo de una hora. De lo contrario, el supuesto secuestrador echaría en el maletero al joven y se lo llevarían, según las mismas fuentes.

Su hermana, Francisca, que fue quien descolgó el teléfono, no se dio cuenta de que era su hermano quien llamaba y avisó a la Policía Local, quien paso el caso a la Guardia Civil.

Los agentes de la Benemérita montaron un dispositivo de vigilancia en el centro comercial, en donde debía efectuarse el pago del rescate. Allí comprobaron que Andrés estaba solo sin ningún secuestrador a su alrededor, y procedieron a su detención.

El detenido confesó en comisaría que había simulado el secuestro. Fue puesto en libertad con la obligación de comparecer posteriormente ante el juzgado número 6 de Murcia, encargado de la investigación.