"La pretensión de dar por clausurado y cerrar con siete llaves el desarrollo del Estado autonómico es poco realista y, además, no se ajusta al espíritu de la Constitución. Una cosa es no estirar indefinidamente la reivindicación de competencias y otra petrificar lo ya existente y negarse con obcecación a cualquier propuesta de reforma", indicó.

A sujuicio, el buen funcionamiento del sistema autonómico debe basarse en tres principios: "el respeto a la diferencia, la igualdad de derechos y obligaciones de todos los españoles cualquiera que sea su lugar de residencia, y el principio de cooperación y lealtad entre las instituciones".

Opinó que las tres líneas de desarrollo del Estado autonómico para los próximos años deben ser reforzar la horizontalidad en las relaciones institucionales (lo que incluye abordar inmediatamente la reforma del Senado paa transformarlo en Cámara de las Autonomías), completar el proceso de transferencias y hallar fórmulas que permitan a las comunidades autónomas estar presentes en la Unión Europea.

Refiriéndose a la Comunidad de Madrid, destacó que "no ha caído en la búsqueda de una falsa identidad vindicativa, sino que ha querido construirla a través de la utilidad institucional".

Por otra parte, Simancas se mostró convencido de que "los españoles exigen un cambio de los tonos, los talantes y los estilos que handominado la política española en los últimos diez o doce años", que han estado caracterizados por "el rencor, la crispación y la palabra hostil".

Responsabilizó de estas actitudes al presidente del Gobierno, José María Aznar, al que acusó de "desatar sobre la política española un vendaval de sectarismo y de introducir la discordia como principio rector de las relaciones políticas".

Señaló que, en caso de ganar las elecciones, mantendría desde la Presidencia regional "el estilo político de EnriqueTierno y Joaquín Leguina: un estilo de tolerancia y respeto por el adversario compatible con la firmeza en la defensa de las propias ideas".

A este respecto, denunció que los gobernantes de Madrid "no han sido capaces de hacer que se le reconozcan los recursos necesarios para hacer frente a sus propias obligaciones de gestión. En los últimos años, el Gobierno de la Comunidad de Madrid ha claudicado sistemáticamente en sus relaciones financieras con el Estado".

Concretó esta denuncia en "la merma e recursos sufrida por Madrid en el nuevo sistema de financiación autonómica, en la insuficiencia de los recursos recibidos para hacer frente a la gestión educativa y sanitaria, y en el incumplimiento por el Gobierno del Convenio de Carreteras y del Plan Concertado de Servicios Sociales", entre otros.