La operación, que comenzó el pasado 16 de junio -y que todavía durará "alguna semana más"- cuenta con todas las garantías de seguridad, según indicó a Servimedia el propio Castro.

Para garantizar el éxito del trabajo, el CIEMAT, dependiente del ministerio de Industria, realizó análisis de laboratorio antes de enviar l aceite desde Santander a Almería, y estudió la capacidad de contaminación que podría generar la combustión.

Los técnicos del departamento contactaron después con la empresa Ambio para controlar la incineración del aceite en la cementera.

Por consiguiente, según responsables de las empresas especializadas, no existe nigún riesgo para el medio ambniente o los residentes en la zona, ya que el aceite de colza no aparece como sustancia tóxica en la lista de productos peligrosos, y manifiestaron que ay que diferenciar entre la toxicidad del consumo de ese producto, como ocurrió en 1981, y su combustión por el fuego.

Toda la operación cuenta con la supervisión de la empresa EMGRISA, entidad responsable en gestión de residuos industriales.

Las 4.200 toneladas de aceite de colza, que fueron retiradas del mercado y decomisados en 1981, permanecieron almacenadas en la zona portuaria de Santander, desde donde las trasladaron a Almería el pasado 12 de junio, en un buque especialmente autorizado; baco que el pasado día 16 llegó al puerto de Hisalba.