La conclusión principal del estudio es que el siglo XX es el más cálido de los cinco últimos. Para llegar a estos resultados, los investigadores reconstruyeron las tendencias climáticas pasadas, gracias a unos agujeros excavados en 616 lugares de cada continente, excepto en la Antártida.

Dentro de lo agujeros se pusieron termómetros hipersensibles. Estos mostraron cómo ha variado la temperatura de la Tierra a lo largo de los años, porque las señales de la superficie terrestre viajan al subsuelo, donde se conservan en la roca y el suelo. Por ejemplo, las temperaturas de los útimos 1.000 años están grabadas a unos 500 metros de profundidad, de manera que desde ese punto hasta la superficie terrestre hay todo un archivo climático del Globo.