El objetivo es garantizar que los menores de 18 años procedentes de terceros países y las mujeres de hasta 30 años, con o sin hijos, supervivientes de la trata sean liberados de la explotación.

Según explicó, Save the Children, la trata de seres humanos presenta características similares en todo el mundo.

Reclutados en sus países de origen con la promesa de mejores condiciones de vida en la Unión Europea, los inmigrantes suelen convertirse en víctimas de diversas formas de trata en las zonas de tránsito y en los países de destino.

En el proyecto participan el servicio telefónico Numero Verde Antitratta del Observatorio de Intervención contra la Trata; Save the Children España y Save the Children Italia; la Numero Verde Antitratta de la Región del Véneto; el Consorzio Agorà en Italia; la Association Réflexion Action Prévention-communautaire France Terre d'Asile, y la organización contra la trata Mission d'Intervention et de Sensibilisation contre la Traite des êtres humains- MIST, en Francia.

Pretende proporcionar acceso a un refugio seguro donde las supervivientes de la trata, sus hijos y los menores rescatados estén libres de la coacción y el control de las redes y puedan acceder a información sobre programas de protección, además de posibles derivaciones a servicios locales.

“Niños y niñas de corta edad llegan a territorio español acompañados por adultos que dicen ser sus padres, pero los esfuerzos que se realizan no son suficientes para comprobar el parentesco. La situación es especialmente delicada en aquellas zonas de paso como es Irún (País Vasco). Cada vez que llegue a España un niño en situación irregular, se debe valorar la situación de riesgo, investigar adecuadamente y adoptar medidas de protección eficaces”, apuntó Charo Arranz, directora de Save the Children en Euskadi.

El proyecto se centrará en la identificación precoz de víctimas y en favorecer su acceso a la protección, no solo en los pasos fronterizos entre Italia y Francia, y entre España y Francia, sino también en los centros de acogida situados en París y cerca de la frontera francesa con Italia y España (París Île-de-France, Occitanie, Provence-Alpes-Côte d'Azur).

EVA se desarrolla en una zona fronteriza especialmente expuesta a los riesgos de trata y explotación de seres humanos. Según Arranz, "la mayoría de las víctimas de la trata lo son con fines de explotación sexual, pero cada vez se detectan más otras formas de trata, como los trabajos forzosos, la trata de niños para el combate armado, la comisión de delitos o la mendicidad forzada".

"En el ámbito de la trata con fines sexuales, las mujeres y las niñas sufren desproporcionadamente este fin; el 93% de todas las víctimas fueron mujeres en España el año pasado", agregó.