Este análisis, que tiene el objetivo de mejorar las oportunidades de práctica físico-deportiva de las adolescentes en España, muestra que sólo el 23% de las chicas de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) alcanza el nivel de actividad física recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), frente al 49% de los chicos.

Las prácticas principales que más hacen las chicas son el baile (15%), seguida de pasear (9,1%), pero ambas actividades están al margen del sistema deportivo. Asimismo, el baloncesto (8,8%), el voleibol, que lo practican un 8,6%, y fútbol (7,3%) son los siguientes deportes que realizan. En cambio, el 48,2% de los chicos juega al fútbol, seguido por el baloncesto, con un 10,7%, y el ejercicio en sala fitness o gimnasio (7,4%), según detalla el informe.

Además, el estudio, desarrollado en base a una encuesta realizada a 3.578 escolares de entre 12 y 16 años, explica qué motiva a los jóvenes para hacer ejercicio, las barreras que se encuentran para no hacerlo, las desigualdades de práctica entre ambos géneros en esta etapa escolar y propone recomendaciones para aumentar la práctica físico-deportiva de las adolescentes.

Competir motiva más a un 43% de los chicos frente a un 18% de las chicas. Igualmente, el 61% de chicos y el 36% de chicas en la ESO realiza semanalmente una práctica físico-deportiva vinculada al deporte de competición.

También, a un 74% de ellas les gustaría hacer algún deporte, principalmente, voleibol, fútbol o baloncesto, así como baile y actividades vinculadas a la naturaleza. Las chicas manifestaron que “quieren disfrutar y divertirse con amigas haciendo deporte”, según el informe. Así, a ocho de cada 10 les gustaría hacer una actividad dirigida por profesionales, es decir, con entrenador o profesorado.

Por otro lado, para todos los encuestados, la “falta de tiempo por los deberes escolares” es la principal barrera para hacer actividades físicas o deportivas. Además, las chicas refieren mayores barreras contextuales como son “el déficit de lugares o amigas” con quienes hacer actividad física, al igual que “una menor oferta enfocada a sus preferencias”.

En este sentido, el estudio, dirigido por la directora del Grupo de Investigación Psicosocial en el Deporte de la UPM, María Martín Rodriguez, recomienda “ampliar la oferta de actividades, fomentar que disfruten y se diviertan con amigas por encima de la competición o el rendimiento”, para conseguir que las adolescentes sean más activas.

Así pues, el trabajo expone algunas recomendaciones dirigidas a las familias de adolescentes para fomentar la actividad física, tales como facilitar que estén apuntados a una actividad o deporte durante el curso escolar, orientar en la gestión del tiempo para conciliar estudios con la práctica físico-deportiva, o apoyar y valorar que hagan actividades físicas, entre otras.