La propuesta de las centrales, que ya ha sido remitida al Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, fue presentada en rueda de prensa por los secretarios de Acción Sindical, Fernando Puig-Samper (CCOO) y Toni Ferrer (UGT).

Los sindicatos tienen tres objetivos concretos: que el SMI no se utilice como renta de referencia para la concesión de viviendas, becas y otras ayudas; estblecer una cláusula de revisión aplicable a todos los perceptores del salario mínimo; y fijar, en un marco plurianual, las subidas necesarias del SMI para aproximarlo al 60% del salario medio (actualmente está en el 36,9%) como recomienda la Carta Social Europea.

CCOO y UGT recibieron ayer el documento del Gobierno en el que se les pide que expresen su opinión sobre la subida que creen necesaria para el SMI el próximo año. Puig-Samper y Ferrer calificaron de "broma" la llamada a consultas del Ejecutiv y reiteraron que no participarán en la misma, como ya advirtieron el año pasado.

Puig-Samper explicó que cerca de 500.000 trabajadores perciben el salario mínimo, afectando sobre todo a jóvenes y mujeres. Subir el SMI "es clave para corregir desigualdades sociales", ya que en los últimos años ha tenido un "comportamiento pésimo".

El salario mínimo ha perdido desde 1996 un total de 3,8 puntos de poder adquisitivo, ha subido 5,9 puntos menos que el salario pactado en convenio y 5 puntos menos que l salario medio. Los perceptores del SMI "no han participado de la creación de riqueza, y esto daña la cohesión social".

EL GOBIERNO INCUMPLE LA LEY

Puig-Samper denunció que el Gobierno incumple el artículo 27 del Estatuto de los Trabajadores, porque abre el proceso de consulta en diciembre, cuando los Presupuestos ya están aprobados por el Gobierno y hasta por el Parlamento.

Dicho artículo dice que para fijar el SMI debe tenerse en cuenta la evolución de los precios, la coyuntura económica, lacompetitividad y el reparto de la riqueza. "Ninguno ha sido tenido en cuenta", lamentó el dirigente de CCOO, que recordó que la subida semestral del SMI por la desviación del IPC "no se ha producido jamás".

Los sindicatos quieren abrir con el Gobierno un proceso de negociación que permite, en los tres primeros meses de 2003, lograr los tres objetivos antes citados: no considerar el SMI como renta de referencia, que suba al menos como la inflación y acercarlo de forma progresiva al 60% del salario medi.

Toni Ferrer afirmó que esta propuesta de negociación no es nueva, pues ya se hizo en julio, cuando se conoció el IPC correspondiente al primer semestre del año. Además, recordó que el ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Eduardo Zaplana, recogió el guante y se comprometió a negociar.

"El Gobierno del PP y Zaplana se niegan a negociar el salario mínimo", manifestó Ferrer, después de no haber recibido propuesta de negociación del Gobierno desde julio.

El hacer perder poder adquisitivo al MI "es un indicador fiable de la naturaleza de la política económica del PP. Es su visión de un modelo productivo y sociolaboral basado en salarios bajos".

MOVILIZACIONES

Comisiones Obreras y UGT no descartan la convocatoria de movilizaciones para reclamar la subida del salario mínimo, situado actualmente en 442,20 euros, hasta cerca de los 600 euros, para acercarlo al 60% del salario medio.

Pero primero, explicó Puig-Samper, "hay que sensibilizar a todo el mundo de la importancia" del SMI, "exender la sensación de que esto tiene una importancia crucial" no sólo para quien lo percibe directamente, sino también por cómo condiciona el resto de salarios.

El camino si el Gobierno no atiende su reivindicación será sensibilizar al conjunto de la población para que la "hipótesis de la movilización sea viable".