El paro fue progresivo y a las 12,10 del mediodía una gran cantidad de personas permanecieron en silencio en las calles del centro de la ciudad hispalense.

Los conductores de autobuses, automovilistas y taxistas también se sumaron a la protesta, lo que originó que por espacio de quince minutos la capital andaluza se convirtiera en una ciudad silenciosa y paralizada.

Los reclusos y funcionarios de la cárcl Sevilla I también secundaron este acto. Los primeros permanecieron concentrados en el patio de la prisión, mientras que los segundos se agolparon a la entrada del penal, donde esperaban familiares de los penados.

Los más de 2.000 trabajadores de la Expo-92, en la Isla de la Cartuja, cesaron en sus actividades para sumarse al paro, convocado por los sindicatos y el comité de empresa. Los empleados se concentraron en la explanada del monasterio de Santa María de las Cuevas.

La Exposición Universa, considerada por la banda terrorista como un objetivo prioritario, sufrió el año pasado un atentado, en el que Carmen de Felipe, la secretaria del comisario general, Manuel Olivencia, perdió varios dedos al explotarle un paquete- bomba.

Además de este paro simbólico, los sevillanos se manifestarán a las 9 de esta noche bajo el lema "Por la paz y la libertad". Numerosas personalidades y líderes políticos han animado a los ciudadanos a que acudan a la concentración y muestren su rechazo al terrorismo. El presidente de la Junta, Manuel Chaves, señaló que Sevilla va a seguir siendo una ciudad de paz y que los asesinos de ETA nunca van a conseguir sus objetivos.

Por su parte, el alcalde de Sevilla, Alejandro Rojas Marcos, hizo un llamamiento a los vecinos para que acudan a la manifestación y defiendan así el mejor patrimonio del que gozan: la paz y la esperanza que simbolizan el blanco y el verde de la bandera andaluza.