De acuerdo con lo previsto, en el acto inaugural debería haber aparecido una sola "giraldilla", la mascota oficial del evento deportivo. Debido al dsconocimiento de esta circunstancia, en los controles de acceso al escenario, ningún policía pudo advertir lo irregular de que accedieran al mismo dos "giraldillas" más, precisamente, las que publicitaron mediante carteles la situación de los presos de ETA.

En declaraciones a Servimedia, Nebreda explicó que dos semanas antes del acto inaugural tuvo lugar una reunión entre el delegado del Gobierno en Andalucía, José Torres Hurtado, y los responsables de la organización, en la que se acordó que la segurdad del escenario y sus alrededores correspondería exclusivamente a guardas jurados.

La función de la policía se limitó, por tanto, al control de los accesos. "Lo que se ha controlado" por parte de las Fuerzas de Seguridad del Estado, señaló el portavoz sindical, "es que el personal que accedía al escenario no llevara metales".

No obstante, Nebreda admitió que sí hubo responsabilidad policial en el incidente que afectó al Príncipe de Asturias. "Hay que asumir los errores que se han cometido y la olicía tiene que asumir los suyos -dijo-, entre ellos el descuelgue de personas con cuerdas por la grada, que es el único momento en el que creo que sí se cometió un fallo por parte de las Fuerzas de Seguridad del Estado".