La investigación fue realizada por un equipo de la Universidad de Iowa. Los científicos examinaron la actividad cerebral de 18 individuos que habían pasado test para determinar si eran extrovertidos o introvertidos, mediante la aplicación de un escáner que ofrece imágenes de alta resolución del cerebro.

Las imágenes revelaron que los introvertidos tenían más actividad en los lóbulos centrales del cerebro y el álamo anterior. Estas áreas se activan cuando la persona desarrolla procesos internos como recordar, resolver problemas o planear.

En cambio, los extrovertidos tenían más actividad en los lóbulos temporales y el tálamo posterior, áreas relacionadas con procesos sensoriales, como escuchar, conducir u observar.

"Los introvertidos consiguen más estimulación internamente, mientras que los extrovertidos buscan las fuentes fuera", indica Debra L. Johnson, directora del estudio. Según Johnson, los resulados de la investigación apuntan a que muchos rasgos de la personalidad tienen una explicación biológica.