Las parcelas más afectadas son las de Parque de Aluche, Parque de La Arganzuela, Las Cruces (Carabanchel), Cerro Almodóvar (Latina), Parque de Roma (Retiro) y Parque del Paraíso (San Blas).

Las superficies verdes que se han secado o perdido en estos parques superan el ochenta por ciento. En otros, como Pradolongo y Parque Su (Villaverde), Parque Norte (Fuencarral) y el de La Elipa, la situación es menos grave gracias a los numerosos pinos, plátanos, chopos y abetos que cubren gran parte de las praderas.

En este estudio no han sido incluidos dos de los tres parques con mayor superficie de Madrid, la Casa de Campo (12.270.000 metros cuadrados) y el Parque del Buen Retiro (1.186.000); el primero por carecer de praderas y el segundo por tener categoría de parque histórico y, por tanto, no sufrir restricciones (gran parte delRetiro se riega a diario mediante un sistema informatizado).

DIFICIL RECUPERACION

"La recuperación es difícil", declaró a esta agencia José Luis Mato, director de los Servicios de Aguas y Parques del Ayuntamiento, "mientras no caiga una gota de agua y el Canal de Isabel II siga siendo el amo (...) Los parques van a seguir secándose y no se podrá semillar hasta que no llueva".

Las hectáreas de pradera secas podrían ascender ya a cerca de 400, lo que supone unas pérdidas económicas de 2.500 milloes de pesetas. Las parcelas de césped ocupan unas 500 hectáreas de las 2.200 que integran los parques y jardines de Madrid.

Mato considera que la pradera es un "lujo" para Madrid, "mientras sigamos corriendo el peligro de restricciones de agua. Hay que empezar a pensar en sustituir parte de estas superficies verdes por matorral bajo, que aguanta mejor los rigores de la meseta y precisa menor consumo de agua".

Pese a todo, algunos grandes parques con amplias parcelas de césped, como el Juan CarlosI (Hortaleza), Enrique Tierno Galván (Arganzuela), Agustín Rodríguez Sahagún (Tetuán) y Cerro del Tío Pío (Vallecas), tienen expectativas de recuperación si la falta de agua no se prolonga excesivamente.

Los árboles y arbustos de los parques madrileños no sufren peligro de secarse, ya que necesitan menos agua que el resto de las zonas afectadas. Así, los pinares de La Elipa y La Dehesa de la Villa y los chopos, plátanos, abetos y hayas del Olivar de la Hinojosa, Marqués de Suances, Parque Darwin (Moraalaz), San Isidro (Carabanchel) y la Ventilla (Fuencarral) subsistirán sin recibir apenas agua.

SOLUCIONES COMPLEJAS

Una de las soluciones a la sequía planteada por la concejala de Medio Ambiente, Esperanza Aguirre, es localizar acuíferos subterráneos próximos a los parques, que independicen el riego del suministro del Canal.

Mato se reunió la pasada semana con técnicos de sondeo y consideró que al menos en quince parques podrían perforarse pozos que palíen en parte los efectos de la sequía. "E próximo jueves", aclaró a Servimedia el responsable de Aguas y Parques, "comenzarán la perforaciones en el Parque Norte y en la Dehesa de la Villa".

Los parques favorecidos por esta medida, además de los dos mencionados, serían el de La Vaguada, El Pinar del Rey, Huerta del Obispo (actual Agustín Rogríguez Sahagún), el de Avenidas, Sancho Dávila, Parque de Roma, Parque de Arriaga, Mortala y Moratalaz, Parque de Aluche, Jardines de Azorín (Vallecas), Entrevías Urbano y posiblemente el Parque de Berlín

Otra solución planteada por la concejalía es la canalización de aguas residuales purificadas desde las plantas de tratamiento cercanas. De esta medida podrían beneficiarse las parcelas de Pradolongo y Juan Carlos I.

El Ayuntamiento dispone, asimismo, de una flota de camiones cisterna que, según la concejala de Medio Ambiente, "pueden solucionar el problema en determinados puntos concretos y de forma temporal". Este es el caso del Parque del Oeste, que recibe agua reutilizable de la planta cercan de Ciudad Universitaria.

LOS HISTORICOS SE SALVAN

Los parques menos maltratados por la sequía son el de Fuente del Berro (Retiro), Parque del Capricho (Alameda de Osuna) y, en menor grado, el de Eugenia de Montijo (Carabanchel) y Parque del Oeste (Moncloa), aunque este último adolece de falta de limpieza de ramas caídas.

Dos de estos recintos verdes -Fuente del Berro y Capricho- forman, junto al del Buen Retiro y la Casa de Campo, los parques históricos de Madrid, en los que no existen restriciones de riego, lo que permite mantener sus praderas en buen estado.

La Concejalía de Medio Ambiente cifró recientemente en unos 22 hectómetros el consumo de agua requerido por los parques madrileños en un año. La dirección de Aguas y Parques ha utilizado además unos 20.000 metros cúbicos de agua reciclable para el riego de pradera.

El Ayuntamiento evaluará en septiembre los daños ocasionados en árboles, plantas y praderas, aunque las primeras estimaciones de José Luis Mato indican que las pérdids podrían acercarse a los 3.000 millones de pesetas.