La moción del PP, que se votará al final de la sesión, buscaba instar a la Cámara Alta a reconocer el papel de la Monarquía en la consolidación de la democracia, y la figura de Felipe VI, y toda vez que cuando se propuso en la Junta de Portavoces que se acordara una declaración institucional con motivo de los diez años de reinado que se cumplieron el pasado 19 de junio no se logró “la imprescindible unanimidad”.

La portavoz del PP, Alicia García, defendió la iniciativa y aseveró que “los españoles se sienten representados en nuestras fronteras y fuera de ellas” por Felipe VI, y aseguró que la mayoría de la sociedad “tiene una valoración muy positiva de su empeño como jefe del Estado, y de su compromiso con la democracia, con la libertad y la Constitución española”.

“Por eso, en nuestra iniciativa no observarán ningún matiz ideológico y mucho menos partidista, porque nuestra intención no es otra que favorecer el acuerdo de esta Cámara sobre un asunto de Estado que nos concierne a todos como representantes de los españoles”, apostilló.

La senadora de UPN María Mar Caballero señaló que desde su grupo “hemos manifestado en muchas ocasiones que somos un partido que defiende la Constitución y los valores y derechos que instaura y también la monarquía parlamentaria” y destacó que su labor “es ejercida con responsabilidad, transparencia y neutralidad”.

En el turno de Vox, su senador Fernando Carbonell expresó su apoyo a la iniciativa, y consideró que “han sido diez años de sutil renovación de la Corona" desde aquel 19 de junio de 2014 en que Felipe VI fue proclamado rey.

“En tiempos convulsos”, dijo, el monarca “aporta estabilidad, continuidad y una genuina voluntad de representar a todos los ciudadanos, en una España proclive al uso partidista de las instituciones”.

LEALTAD SOCIALISTA

El portavoz del Grupo Socialista, Juan Espadas, recordó que los senadores del PSOE apoyaron la fallida declaración institucional, y dijo que “si lo que pretendían era que nuestro grupo se retratase, como en otras ocasiones, aquí estamos”.

La foto, recalcó, “va a ser la misma que ha mostrado este grupo y mi partido desde 1978: la del consenso institucional en torno al acuerdo que alcanzamos entonces y que se plasmó en la forma de gobierno vigente, la monarquía parlamentaria”.

Espadas reconoció “los avances” que Felipe VI ha imprimido a la institución en esta década “para modernizarla y hacerla más transparente”, y expresó su convencimiento de “este es el camino para que siga siendo valorada de forma positiva por la ciudadanía”.

“IMPOSICIÓN FRANQUISTA”

Estefanía Beltrán de Heredia, por el PNV, sostuvo que la monarquía es “una imposición de Franco” y que “la imposición de la desmemoria no es reconciliación”. A su vez, aseguró que tras la dictadura de Francisco Franco se pasó a una monarquía parlamentaria porque hubo que elegir entre “más fascismo o democracia con monarquía”. “La corona tiene el apoyo constitucional pero no democrático”, continuó.

El portavoz de Junts, Josep Lluís Cleries, dijo tener la obligación “como catalán” de recordar “el gravísimo discurso de Felipe VI el 3 de octubre de 2017, que significó un punto de no retorno en sus relaciones con Cataluña”.

Cleries remarcó que “nada volvió ni volverá a ser igual, Felipe VI dio la espalda a la gran mayoría de los catalanes y catalanas y se sumó al ‘a por ellos’”.

Por su parte, la senadora de ERC Sara Bailac lamentó que “solo se puede hablar del jefe del Estado para darle palmaditas en la espalda”, al denunciar que “no se admite cuando pedimos que se haga un control de los recursos que se destinan a la Casa Real”.

Además, destacó que “la monarquía y el rey no son elegidos democráticamente y no nos representan”, al tiempo que recordó que este sistema “fue impuesto por Franco”. Asimismo, subrayó que el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) “hace nueve años que ha dejado de preguntar sobre el grado de apoyo a la monarquía” y supuso que “será por miedo a oír la respuesta”.

“El rey español no tiene legitimidad para los catalanes y catalanas, no le reconocemos ninguna función política y, como decimos en la calle, Cataluña no tiene rey”, concluyó Bailac su intervención.

Mario Zubiaga, de EH Bildu, declaró que la moción “huele a naftalina”, y aunque admitió que “ciertamente, Felipe VI parece ajeno a la corrupción genética de sus predecesores”, aseveró que “en lo que sí es fiel a su linaje, desde su homónimo Felipe V en adelante, es en abrazar una visión unívoca de su reino, folclórica, a lo sumo, negadora de su realidad plurinacional”.