Los encerrados han organizado turnos, de forma que durante el día ocupan el templo las mujeres y por las noches los hombres. Además, las campanas repican a difuntos durante quince minutos cada hora, al igual que ocurre en otras iglesias de poblaciones de la zona.

De momento son más de una veintena las asociaciones de vecinos que se oponen al proyecto de instalación de una macrocárcel, ya que considera que provocaría la desaparición de la población de Perin, frenaría el desarrollo turístico de la zona y crearía inseguridad ciudadana.

Mientras tanto, el subdirector general de la Secretaría de Asuntos Penitenciales, Eugenio Penacho, ha asegurado que a pesar de las protestas, la macrocárcel se construirá en la zona oeste de Cartagena, proyecto que supondrá una inversión de 8.000 millones de pesetas.

El alcalde de Cartagena, José Antonio Alonso, está a favor del proyecto, al igual que los sindicats UGT y USO, al considerar que creará puestos de trabajo y enriquecerá la zona. No piensan igual algunos grupos políticos, como el Partido Popular.