Apuntaron que las emisiones de dióxido de carbono (CO2) producidas por la actividad del aeropuerto de Barajas son “las más altas de España y las quintas de Europa”, por lo que su ampliación podría suponer un incremento entre un 20% y un 34% respecto a 2019.

Además, indicaron que el ruido afectará especialmente a los ejes de los ríos Jarama, Henares, Guadalix, Manzanares y Tajuña, que coinciden con espacios Red Natura 2000, y con “poblaciones que llevan años denunciando afecciones a su salud”.

Por ello, reclamaron la paralización de la ampliación de Barajas, establecer límites de emisiones para la aviación en España, eliminar los vuelos cortos si hay alternativa en tren y medidas fiscales sobre aerolíneas y billetes para desincentivar los viajes en avión.

Las organizaciones subrayaron que Barajas pasaría de tener 70 millones de pasajeros anuales a 90 millones en 2031. Si se convierte en un centro de conexión con América Latina y Asia, sus operaciones de larga distancia subirán hasta un 70% y de media distancia, hasta un 60%. “Un efecto directo será el incremento de aviones de mayor tamaño para cubrir vuelos de largo radio y aumentar ocupación de la corta distancia”, recalcaron.

Las entidades subayaron: “Vivimos en los años decisivos de la crisis climática, seguir aumentando la capacidad operativa de Barajas es una mala idea. Equivocarse en las prioridades, ahora, tiene un coste que no podemos pagar”.

RUIDO

Por otro lado, las organizaciones destacaron que el incremento de las operaciones supondrá también un aumento del ruido en las rutas de despegue y aproximación sobre los ejes de los ríos Jarama, Henares, Guadalix y Manzanares.

Los municipios más afectados serán Alcobendas, Algete, Coslada, Loeches, Mejorada del Campo, San Fernando de Henares, San Sebastián de los Reyes, Torrejón de Ardoz y Velilla de San Antonio.

“Las partículas ultrafinas, el hollín y los enormes niveles de ruido emitidos por los motores de las aeronaves representan la causa de patologías de tipo cardiovascular, discapacidades auditivas, alteraciones del sueño o deterioros del rendimiento cognitivo”, advirtieron las asociaciones.

Además, la ampliación de la capacidad operativa del aeropuerto elevará esta afección al Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama y al valle del Tajuña, una zona rural de alto valor natural que las asociaciones llevan años reclamando su protección.

Las entidades recordaron que el proyecto de ampliación del sistema aeroportuario de Barajas en 2001 ya afectó al río Jarama, pues destruyó tres kilómetros del cauce, que tuvo que ser desviado y encauzado, pese a ser espacio protegido de la Red Natura 2000.

También señalaron que la “masificación” turística “transforma el comercio de proximidad, deteriora la convivencia de las comunidades de vecinos y promueve la expulsión de los residentes, además de provocar la pérdida del dinamismo e idiosincrasia de los barrios”.

Por último, vincularon la ampliación del aeropuerto de Barajas con “una gran operación urbanística”, puesto que, según indicaron, “Aena pretende llevar a cabo una importante operación inmobiliaria, la creación de una Airport City, es decir, una ciudad en los aledaños del aeropuerto con usos logísticos, aeronáuticos, terciarios, residenciales y de ocio”.