La titular del Juzgado de Instrucción número 18 de Valencia ha considerado que los hechos podrían revestir carácter de falta contra el rden público.

El buque insignia de Greenpeace, el "Rainbow Warrior", se acercó ayer al barco chipriota "Smyrni", cargado con maderas procedentes de Costa de Marfil, y facilitó el acceso de los voluntarios para que se encadenaran a las grúas del mercante y desplegaran pancartas contra la importación de este tipo de maderas.

Por esta acción la policía detuvo a seis ecologistas, tres hombres de nacionalidad española, alemana y turca y tres mujeres de nacionalidad española, turca y portuguesa. Los deenidos comparecieron esta mañana ante la jueza, que les ha convocado para un juicio de faltas el 25 de octubre.

El único que comparecerá en la vista será Mario Rodríguez, responsable de la campaña nacional de Greenpeace de protección de los bosques tropicales. El resto han apoderado a los abogados David Casares y Oscar Mercé para su defensa y representación.

Mario Rodríguez ha asegurado que basará su defensa en la argumentación de que "la acción llevada a cabo no fue un capricho, sino una acción acífica que no pretendía causar daños personales o materiales, sino concienciar a la sociedad de la importancia de preservar los bosques tropicales".

Para Rodríguez, el juicio será injusto, porque "quienes deberían estar sentados en el banquillo son los que destrozan los bosques y no quienes los protegen".

El responsable de Greenpeace ha mostrado la intención de llevar a cabo más acciones de este tipo, sobre todo en el puerto de Valencia, porque "ocupa el primer puesto de entrada en la importació de madera tropical en España".