La Fiscalía pide para ellos 16 años de cárcel y una fianza de 496 millones de euros. Los perjudicados de esta supuesta trama son un total de 1.409 personas que denunciaron los hechos y reclaman 171 millones de euros.

En febrero de 2011, José María Ruiz-Mateos convocó una rueda de prensa a la que compareció acompañado de sus seis hijos para hacer pública la solicitud de concurso de acreedores para Clesa, Dhul, Trapa, Hotasa, Elgorriaga, Garvey, Hibramer, Carcesa y el club de fútbol Rayo Vallecano.

Meses después, la Fiscalía Anticorrupción se querelló por estafa y apropiación indebida contra el patriarca del clan, su esposa Teresa Rivero, sus seis hijos y un sobrino por haber vendido pagarés por valor de más de 90 millones de euros a más de 1.000 inversores de la empresa Nueva Rumasa. Desde entonces, se ha intentado rastrear el destino de ese dinero, ya que con esas cantidades se realizaron diversas inversiones a través de mediadores, que deberán demostrarse durante el juicio.