LA SEGURIDAD DE LOS PACIENTES DEL CLINICO DE ZARAGOZA CORRESPONDIA A LOS DOCTORES, SEGUN LA JEFA DEL SERVICI DE FISICA MEDICA

ZARAGOZA
SERVIMEDIA

Los interrogatorios a los inculpados por el fallo del acelerador de electrones del Hospital Clínico de esta ciudad se iniciaron hoy con la presencia de la jefa del Servicio de Física Médica, Araceli Hernández.

La declarante dijo que ella, en diciembre de 1990, cuando ocurrieron los hechos, era responsable de la protección radiológica, mientras que la seguridad de los pacientes correspondía a los médicos.

El fiscal considera a Araceli Hernándezresponsable de imprudencia temeraria con resultado de muerte por no haber dado instrucciones a las operadoras del acelerador de cómo actuar en caso de avería.

El interrogatorio fue duro por parte de los letrados de la acusación particular, que la consideran una de las principales responsables de lo sucedido.

En su declaración, Araceli Hernández reconoció que la formación de las ATS que operaban el acelerador era deficiente en materia de seguridad radiológica y que recomendó participasen en los cusillos organizados en el hospital a tal efecto.

Fue ella quien detectó la avería el 20 de diciembre al comunicarle un ATS que la aguja del galvanómetro que está en el pupitre de control parecía estar bloqueada. No ordenó la paralización inmediata de los tratamientos, sino que "lo primero que hice", declaraó Hernández, fue ir a consultar a los compañeros para ver si sabían qué había ocurrido con esa reparación. Fueron ellos los que dieron órdenes de parar el acelerador, y así me lo comunicaron a continación".

Araceli Hernández distinguió también entre accidente radiológico y nuclear. El producido en el Clínico fue radiológico porque no existía fuente radiactiva.

Por otra parte, su abogado, Enrique Trebolle, señaló que el interrogatorio está clarificando responsabilidades, "se está clarificando que desde el punto de vista de la sobrerradiación de pacientes, hubo suficiente coordinación en el hospital".

Lo que ocurrió", añadió, "fue que una reparación prolongó el engaño de la máquina del aclerador y que todas las personas que manipulaban el aparato no previesen las consecuencias que se estaban produciendo".

Se puede decir que el ambiente esta mañana en la sala donde se celebra el juicio era relajado. La única anécdota que permitió una cierta distensión fue cuando uno de los letrados de la acusación particular, Servando Gotor, protestó ante el juez por las muecas que creía observar entre los abogados de la defensa cuando se formulaban ciertas preguntas, lo que motivó las sonrisas entre étos últimos y el público.

Por otra parte, el portavoz de los afectados por el fallo del acelerador, José María Mariñoso, señaló que algunas de las preguntas de la acusación particular tratan de implicar en el suceso al Consejo de Seguridad Nuclear.

(SERVIMEDIA)
02 Feb 1993
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