Según explicó Ortega Lara a su interlocutor, durante su reclusión empleaba bastante tiempo en hacer desaparecer las hormigas a golpe de periódico. "Tenía tantas que tenía que matarlas como fuera", indicó García.

Asimismo, Ortega Lara "estaba obsesionado con la humedad", relató García, quien explicó que en su conversación de anoche con el funcionario de prisiones no cesaba de reptir la palabra "humedad, mucha humedad, soñaba con la humedad".

Para reducir su impacto, sobre todo en invierno, Ortega Lara no hallaba solución salvo la de encogerse en torno a sí mismo en la hamaca donde descansaba para procurarse calor, según García.

El presidente de la PASS explicó que Ortega Lara "da la mano muy débilmente, lo que produce una sensación enorme de tristeza". Asimismo, afirmó que el funcionario "guarda buena memoria" y expresó "suficiente vitalidad" para iniciar lo antes posibl un viaje de descanso en compañía de su mujer e hijo.

ZARANDEADO Y ESPOSADO

Por otra parte, Ortega Lara contó que, al principio de su secuestro, fue objeto en una ocasión de malos tratos físicos por parte de sus secuestradores.

Ortega Lara había imaginado (probablemente sumido en un estado de delirio) que tras una tabla, que ocultaba un agujero sin salida, se encontraba "la puerta de la libertad" (según las palabras del propio funcionario). Al ser descubierto por sus secuestradores intentado aprtar dicha tabla, fue zarandeado y posteriormente le esposaron durante varias horas como castigo.