El portavz de la familia Feliu, Joan Capdevila, indicó que seguían pensando que la joven se encuentra bien de salud porque no hay ningún indicio que demuestre lo contrario. Según dijo, los familiares de la farmacéutica se resisten a plantear la hipótesis de que pueda estar muerta.

Esta posibilidad, sin embargo, no la descarta la mayoría de los habitantes de Olot, por la falta de contactos entre los secuestradores y la familia. La última vez que se produjo un contacto telefónico fue el 27 de diciembre de 1992, unque en esa ocasión tampoco quedaron claras las condiciones para pagar el rescate.

En opinión del portavoz de los familiares, los secuestradores no reanudan los contactos porque no encuentran el momento adecuado para cobrar la cantidad exigida.

Capdevila añadió que las relaciones entre la familia Feliu y la policía son muy escasas, hecho que considera positivo para el buen desenlace del secuestro.