El rapto del joven se realizó mediante engaños, al ser abordado por dos hombres que le introdujeron en un coche, supuestamente para ir a visitar a un hermano suyo que había sufrido un accidente de circulación.

Desde el inicio del secuestro, los raptores mantuvieron contactos telefónicos con una hermana de Miguel S.F., con domicilio en Málaga, a la que exigieron la entrega de un cargamento de droga o su valor en metálico, que supuestamene tenían unos familiares residentes en Granada.

La Policía mantuvo en todo momento la máxima discreción para evitar que el menor secuestrado sufriera algún daño, ya que los raptores llegaron amenazar con la muerte de Miguel si sus exigencias no eran cumplidas. Los agentes encargados del caso hicieron creer a los secuestradores que la persona que debía entregar la droga había sido detenida por posesión y tráfico de estupefacientes.

Esta circunstancia permitió la liberación del joven, tres días desués de su secuestro. Horas más tarde de su puesta en libertad, funcionarios de la comisaría de Torremolinos detuvieron a José C.A., de 47 años, y a Juan C.F., de 49.

Asimismo, fueron identificados otros tres inidividuos, dos de ellos con un extenso historial delictivo, a los que la Policía trata ahora de detener.

Los familiares directos del joven secuestrado no tiene relación alguna con el narcotráfico, según confirmó la Policía. A lo largo del cautiverio, Miguel S.F. estuvo recluido en tres piso distintos, situados en la ciudad de Málaga, la barriada periférica de Churriana y Torremolinos.