En una entrevista publicada por "La Vanguardia", Saura recalcó que los efectos de la crisis del tres por ciento en los trabajos de reforma del Estatuto, "son poca cosa", e indicó que "las reuniones más fructíferas de la ponencia, en términos de acuerdos, son las de las dos últimas semanas, posiblemente porque nadie quiere aparecer como responsable de la falta de acuerdo".

Aseguró que la Ponencia que redacta el nuevo Estatuto puede tener en abril la primera lectura de todo el texto excepto la financiación, lo que permitiría tenerlo listo en junio, cuando estaba previsto, pero alertó de que "si CiU se niega, ni en verano, ni en otoño, ni en 2006".

"Sería un fracaso no tener el Estatuto aprobado esta legislatura", agregó. "No se puede tener el Estatuto tres años dando vueltas. Se ha hecho un proceso maduro, y lo podemos tener en julio-agosto, y que en septiembre-octubre vaya a las Cortes, pero no estamos quemando etapas".

IMPOSIBLE FRENARLO

Una vez aprobado en Cataluña, continuó, "yo soy optimista, lo que no quiere decir que sea ingenuo. Es imposible que se frene un Estatuto que salga de aquí con el respaldo de cuatro partidos, todos a excepción del PP, y con un apoyo social transversal como el que hoy tiene".

"El fracaso del Estatuto en Madrid no sería el fracaso del Gobierno catalán, sino el fracaso también, la frustración, de Cataluña, donde se abriría una situación política imprevisible. Pero sería el fracaso también de Zapatero, porque el presidente del Gobierno, que ha hecho de la reforma del modelo de Estado el centro de su proyecto, no podrá hacerlo sin un Estatuto aprobado. Y sin Euskadi", alertó.

Por otra parte, Saura se refirió a la polémica de la financiación de partidos tras las acusaciones sobre el supuesto cobro de comisiones por la adjudicación de obras públicas. "Creo que hay partidos que han tenido financiación irregular y otros no", opinó.

Concluyó que es necesario regular las donaciones, "que no deberían poder ser anónimas", y que se hagan públicas las deudas con las entidades financieras, porque "a muchos partidos se les ha condonado", como denunció el Tribunal de Cuentas.