En su extenso artículo, Sartorius argumenta la necesidad del socialismo, y propone como grandes líneas de ese espacio "la democratización de los proceso económicos y de la riqueza, perfeccionando el Estado de Bienestar, superación del déficit democráticoen las instituciones europeas, reconstrucción del medio ambiente con el fin de garantizar una democrática calidad de vida al conjunto de los ciudadanos y un control efectivo del poder del Estado, con un saneamiento a fondo de la vida pública".

"No veo con optimismo el futuro inmediato del socialismo en España. Creo", reconoce Sartorius, "que ni su práctica política, ni sus resultados finales en el terreno económico -paro- o del funcionamiento del Estado -incluida la corrupción- han contribuido a consoidar las ideas de izquierda o socialistas en la sociedad española".

Tras constatar "la desafección de la ciudadanía hacia lo que representan los partidos de izquierda y, por el contrario, la derecha tiene el viento a favor", Sartorius dice: "Sería engañarnos si no reconociéramos que la izquierda española, tanto política como sindical, pasa por un mal momento... Me temo, que estamos abocados a una pasada por la derecha. Mas se produca ésta o no, las ideas del socialismo tienen que abordar una profunda uesta al día, tanto en la teoría, como en la práctica política".

"Con el fin de adelantar en este camino y al margen de los avatares de la vida política concreta de nuestro país", propone, "es necesario propiciar un diálogo en el seno de las fuerzas de izquierda, de carácter más estratégico que permita situar el nuevo espacio del socialismo, pues como decíamos al principio es un concepto dañado por una determinada historia, pero necesario cara al futuro, pues mientras no se demuestre lo contrario el sstema hegemónico imperante no ha sido ni es capaz de conducir al conjunto de la "aldea común" a niveles de bienestar, libertad y calidad de vida acordes con lo que exigiría el desarrollo de la humanidad al inicio del tercer milenio".