Agregó que "los trabajadores estamos casi al borde de la desesperación" y señaló que "a los policías que hicieron ayer la carga y me pegaron el pelotazo en el ojo les diría que, en un estado democrático, no creo que sea la mejor manera de actuar".

"No les guardo rencor", añadió, "siento pena por ellos porque se tienen que ganar el pan de muy mala manera".

Por su parte, el gobernador civil de Jaén, Joaquín Iñigue, declaró a Radio Nacional que "si con mi dimisión se resolviesen los problemas de Santana, no me daba tiempo ni a coger la ropa: me iba inmediatamente sin que lo pidiese nadie".

A su vez, Ignacio Ortega, alcalde accidental del Ayuntamiento de Linares, declaró que "existe una tensión sostenida y los ánimos están muy caldeados. A partir de ahora, es imprevisible cualquier situación que se pueda producir".