Los concejales decidieron que el gobernador es culpable de las alteraciones del orden público que se produjeron durante las movilizaciones de los trabajadores de Santana, al ordenar cargas indiscriminadas de los antidisturbios en diferentes ocasiones.

En el edificio del Ayuntamiento se dieron cita cientos de trabajadores y vecinos que corearon lemas contra el gobernador y contra el Partido Sociaista. Sin embargo, esta formación apoyó la moción presentada por IU y por el Partido Andalucista (PA).

En el transcurso del pleno, el alcalde socialista, Manuel Rodríguez Méndez, pidió a todos los concejales que se pusieran en pie para aplaudir cuando, fuera del salón del pleno, los cientos de concentrados reclamaron la dimisión del gobernador.

Joaquín Iñiguez no quiso hacer ningún comentario sobre esta iniciativa del Ayuntamiento, e incluso llegó a suspender una rueda de prensa anunciada para esa mañana.

La moción fue justificada por el portavoz de IU en el Ayuntamiento, Luis Segura, que aseguró que "el gobernador civil ha querido convertir un problema laboral en un problema de orden público".

El pleno aprobó también por unanimidad otra iniciativa en la que se solicita al Gobierno la declaración de Linares y de toda su comarca como zona de urgente reindustrialización.

Según el portavoz socialista, Ignacio Ortega, que defendió esta otra moción, después de más de 60 días de conflictoha llegado el momento "de que el Gobierno socialista dé un puñetazo sobre la mesa" y ofrezca alguna esperanza a los linarenses.

Mientras tanto, los trabajadores que participan en la marcha a pie hacia Madrid tuvieron hoy una jornada de descanso. A primera hora de la tarde, sus mujeres y cientos de linarenses se desplazarán desde esta ciudad para mostrarles su apoyo.

A 150 kilómetros de su destino, aprovecharon el descanso para curar ampollas, torceduras y calambres musculares provocados por el lago recorrido.

La otra marcha, la que sigue un grupo de santaneros hacia Sevilla, llegará pasadas las siete de la tarde a Córdoba, donde serán recibidos por varios linarenses y por líderes sindicales, entre los que se encuentra el secretario general de UGT, Cándido Méndez.