En un comunicado, Sanidad indicó que en 2004 se efectuaron en España un total de 60 intervenciones de este tipo, lo que supone una tasa anual por millón de población del 1,4. Esta cifra apenas representa el 2,8% del total de 2.125 trasplantes de riñón efectuados en 2004, un porcentaje inferior a la media europea.

El último número de "Trasplant Newsletter", la publicación oficial de la Comisión de Trasplantes del Consejo de Europa,incica que en Europa se realizaron el año pasado un total de 2.040 trasplantes renales, de los que sólo un 13% procedían de donante vivo. Este porcentaje se eleva a un 41,5% en Estados Unidos, del total de 6.647 trasplantes de riñón efectuados el pasado año.

En el caso de Latinoamérica, con un total de 3.196 trasplantes renales, y de Australia, con 246, las donaciones de riñón de personas vivas representan un 38%.

CAUSAS

El descenso en las donaciones de cadáver, junto con un aumento de las indicaciones terapéuticas del trasplante renal, ha fomentado la donación renal de personas vivas.

Dentro de la Unión Europea, Suecia, con un 38,1% sobre el total de trasplantes renales, y Noruega, con un 35,8, son los países donde con más frecuencia se practica este tratamiento.

Según el registro internacional de la Universidad de California, gestionado por los doctores Cecka y Teerasaki, la supervivencia media de un riñón trasplantado de donante fallecido es de 10,2 años (no hay que confundirlo con la supervivencia media de la persona trasplantada, que suele ser muy superior).

Frente a este dato, un riñón de donante vivo funciona durante un promedio de 16,1 años si procede del padre o la madre del paciente. Esta supervivencia se eleva a 16,7 años si no hay relación de parentesco entre el donante y el receptor, aunque ello se debe en general a la juventud de los donantes.

En el caso de los gemelos univitelinos, donde no hay rechazo inmunológico, la supervivencia del riñón trasplantado se sitúa en torno a los 40 años.