Tras la reunión, que se extendió desde las 11 de la mañana hasta las ocho y media de la tarde, Sánchez Presedo, aseguró que la dirección del partido ha revalidado la confianza depositada en él y entiende que está plenamente legitimado para "asumir las responsabilidades que le correspondan como secretario general".

Esta postura cotrasta con la de sectores críticos que entienden que Antolín Sánchez Presedo debería dejar el cargo para hacer posible un amplio debate en el partido, después del fracaso de las elecciones del pasado 17 de octubre.

El alcalde de Orense, Manuel Veiga Pombo, que fue uno de los dirigentes gallegos que más claramente pidió la dimisión de Sánchez Presedo insistió al finalizar la reunión en esta postura crítica.

Por su parte, el secretario de organización del PSOE gallego, José Nogueira -hombre próximoa Francisco Vázquez-, también afirmó que la dimisión del confirmado secretario general hubiera "facilitado el debate político sobre la futura estrategia parlamentaria y política de los socialistas".

Nogueira anticipó que en la próxima reunión del Comité Nacional Gallego, que es el máximo órgano entre congresos y que se celebrará el próximo sábado, volverán a plantear la moción de confianza con la esperanza de que el comité adopte la decisión que no ha tomado la Ejecutiva.

REFORMULAR EL PROYECTO

Sánchez Presedo interpretó, en rueda de prensa, que el comité del próximo sábado debe comenzar a debatir las futuras estrategias políticas del partido, dando por sentado que él está ratificado en el cargo.

En su opinión, el partido debe "reconstruir y reformular su proyecto político en los próximos cuatro años", después del mazazo de los pasados comicios, "abriéndose a los electores tipo que ha perdido en esta ocasión".

También se mostró decidido a convertir al PSOE gallego en una formación con prsonalidad propia y plenamente independiente para adoptar las decisiones "en función de los intereses de Galicia".