Aprovechó su intervención en un foro económico organizado por 'Cinco Días' para comenzar abordando las palabras de Milei contra su persona, el Gobierno y su mujer, Begoña Gómez, asegurando que es “plenamente consciente de que quien ayer habló no lo hizo en nombre del gran pueblo argentino".

“Lo que vivimos ayer en Madrid sí habla del riesgo que representa esta internacional ultraderechista para sociedades como la nuestra que sustentamos nuestra democracia sobre los pilares del progreso económico, la justicia social y la convivencia”, describió Sánchez antes de enfatizar que “España y Argentina son dos países hermanos, somos dos países hermanos cuyos pueblos se quieren y se respetan”.

Por eso, defendió que “entre los Gobiernos los afectos son libres, pero el respeto es irrenunciable” y de ahí que se haya “pedido al actual presidente del Gobierno de la República de Argentina una rectificación pública” por sus palabras.

En tal modo, “la respuesta del Gobierno de España será acorde a la dignidad que representa la democracia española y a los lazos de hermandad que unen a España y Argentina, ahora mismo presidida por un presidente que, por desgracia, no ha estado a la altura con sus declaraciones”.

Sánchez, además, apuntó que “defender las instituciones españolas de insultos y de difamaciones que eventualmente puedan hacer mandatarios extranjeros no entiende de peros porque más allá de la ideología está la educación y el patriotismo”, en un claro mensaje destinado, sin mención directa, al Partido Popular.

Además, señaló que el líder de Vox, Santiago Abascal, anfitrión del acto en el que participó Milei, realizó "una apelación explícita a la violencia política" al decir que "hay que sacar a patadas y a gorrazos" al Gobierno legítimo en España. "Eso es antidemocrático y exige una condena rotunda por parte de todas las fuerzas políticas, de todos los medios de comunicación y del conjunto de la sociedad", sentenció Sánchez.

ERRORES DE LA CRISIS

En otro orden de cosas, el presidente del Gobierno apuntó que, en la pandemia, se luchó porque "Europa fuera fiel" a sus principios y, en esta ocasión, los líderes europeos aprendieron de los "errores" pasados y la salida de la crisis fue distinta a la que se dio en 2012 y se apostó por los llamados fondos europeos.

Unido a ello, Sánchez ensalzó que el "modelo de éxito, no solo económico, sino territorial y social" es exportable al resto de Europa y el país se encuentra ahora con unos datos económicos y empleo "favorables" además de con unos "buenos datos de inflación".

Así, presumió de que "lejos del discurso catastrofista, España está más unida que en 2018 y crea más empleo y crece con mayor rotundidad y tiene más justicia social que cuando llegamos al Gobierno en 2018".

No obstante, ahora destacó que queda apostar por la verdadera reindustrialización en España con una apuesta por el vehículo eléctrico y el hidrógeno verde.

Por último, Sánchez aludió nuevamente al asunto de la reunión de fuerzas de "ultraderecha" para pedir que "defendamos nuestra democracia, nuestro modelo de bienestar, la justicia social que encarna la economía social y de mercado que es Europa. Defendamos un modelo de éxito como es nuestro país frente al retroceso de los reaccionarios", alertó el presidente del Gobierno.

Parafraseando al presidente del Consejo Económico y Social y "uno de los grandes economistas de nuestro país al menos para mí de los más lúcidos", Antón Costas, Sánchez afirmó que en "el área de incertidumbre radical que nos ha tocado vivir, cuando muchas de las viejas certezas parecen haberse diluido, es más necesario que nunca el diálogo social y la búsqueda del acuerdo".

"Comparto esta convicción", dijo Sánchez, porque "el diálogo y la convivencia son requisitos imprescindibles para la estabilidad, el desarrollo económico y el progreso de la sociedad", un "espíritu que aseguró es el que le "ha animado siempre y que va a seguir impulsando las acciones del Gobierno de España".