España será uno de los países que se sumará a la propuesta del presidente de Brasil por la que pretende que las personas con un patrimonio neto muy alto contribuyan con una parte "justa" de sus impuestos e intentar crear así un impuesto universal sobre la renta de estas personas, que buscan introducir en la declaración que salga ratificada en la Cumbre del G-20 que tendrá lugar este lunes y martes en Río de Janeiro.

La propuesta inicial del Gobierno de Brasil está basada en varios estudios del economista francés Gabriel Zucman, quien defiende que si todos los milmillonarios del mundo pagasen un tributo del 2% sobre su riqueza podrían recaudarse entre 200.000 y 250.000 millones de dólares. Pero fuentes de Moncloa aseguran que la propuesta que pretende ser aprobada por los 20 líderes de las mayores economías del mundo no llega a ese nivel ni es tan específica porque, entre otras cosas, se ha comenzado a negociar y se parte de una idea vaga para que reúna los mayores apoyos posibles del resto de líderes.

Las mismas fuentes señalaron que es complicado que este acuerdo suscite unanimidad y pusieron el ejemplo de Argentina bajo la presidencia de Javier Milei, quien rechaza este tipo de medidas en sus políticas actuales, respecto a los anteriores mandatarios como Mauricio Macri o Alberto Fernández. Asimismo, criticaron su oposición en otros asuntos como la igualdad de género, el cambio climático o los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU.

Es decir, que a estas alturas no se sabe la incidencia con la que aparecerá reflejada esta medida fiscal en la declaración, si es que Brasil consigue reunir los apoyos suficientes. De momento, el de España ya lo tiene. Fuentes de Moncloa se muestran a favor de la medida y aseguran que el Ejecutivo ya defiende unas líneas políticas y económicas que van en ese sentido. Cabe recordar que Sánchez ya defendió hace un mes en la 'Cumbre del Futuro' de la ONU la aplicación de impuesto global a las grandes fortunas junto a una "fiscalidad más justa".

REUNIONES BILATERALES

Sánchez acudirá a la cumbre acompañado de su esposa, Begoña Gómez, y del ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares. Fuentes del Ejecutivo informan de que el jefe del Ejecutivo mantendrá distintos encuentros bilaterales con otros mandatarios de los que ya están concertados con los primeros ministros de Vietnam, Pham Minh Chinh; de Canadá, Justin Trudeau; y Australia, Anthony Albanese, y con la directora gerente de Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva, a la espera de que se cierren algunos más, según indicaron.

Sánchez junto al resto de líderes intervendrán en dos de las tres sesiones en las que la presidencia brasileña al frente ha dividido esta cita. El presidente del Gobierno participará en la dedicada a la inclusión social y la lucha contra el hambre y la pobreza y también abordará la reforma de las instituciones de gobernanza global.

La primera de ellas está ligada a una de las iniciativas que se espera lanzar en la cumbre, la alianza que pretende luchar contra el hambre y la pobreza y que se configurará como un espacio de intercambio de ideas, buenas prácticas y medidas con contribuciones financieras que habrá que detallar para poder financiar los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) en el marco de la defensa de la Agenda 2030.

Sánchez, según fuentes del Gobierno, respaldará plenamente esta iniciativa garantizando el pleno compromiso de España y hará algunas aportaciones al respecto, aunque no ofrecen detalles a la espera de la intervención del jefe del Ejecutivo.

CONFERENCIA EN SEVILLA

Otro de los asuntos que resalta Moncloa es que Sánchez llevará a esta cita un mensaje sobre la trascendencia de la Conferencia Internacional de la ONU para la Financiación al Desarrollo que se celebrará en Sevilla el próximo año. Se trata de la cuarta conferencia que se celebra auspiciada por Naciones Unidas y Sevilla será el lugar elegido para su celebración. La cita será del 30 de junio al 3 de julio de 2025 y desde el Ejecutivo lo consideran un hito clave para impulsar la reforma de la arquitectura financiera internacional y las necesidades de financiación para cumplir en 2030 los objetivos de desarrollo sostenible de Naciones Unidas.

El jefe del Ejecutivo resaltará en Brasil la relevancia de esta cita ante el resto de líderes del G-20, a la que asistirán todos excepto el presidente ruso, Vladímir Putin.