Sánchez participó este sábado en un acto preelectoral junto al candidato socialista a la Junta de Andalucía, Juan Espadas, en la localidad sevillana de Dos Hermanas, donde también estuvieron presentes el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán; la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y el titular de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, entre otros miembros del Gobierno.

En su intervención, el presidente arremetió duramente contra el Partido Popular al que reprochó que esté empeñado en subir los decibelios de la crispación como herramienta para recuperar el poder.

Aseguró que los populares practican “tres tipos de corrupción: la financiera, la de la Gürtel, la que financia de manera irregular al PP para ir dopado a elecciones; la corrupción de las instituciones públicas para obstaculizar, por ejemplo, la investigación de la Justicia, que es lo que fue la ‘operación Kitchen’, y la tercera, que explica las otras dos: la que practica cuando está en oposición, la corrupción de la democracia, la de no reconocer los resultados electorales para tachar de ilegítimo un Gobierno elegido por las urnas y por el Parlamento”.

El secretario general del Partido Socialista recordó que “cuando el nacionalismo apoya al PP” y le sostiene en el Gobierno, “son partidos de Estado y no hay peligro para la ruptura de España, pero ¡ay cuando lo hacemos nosotros! La diferencia es que a ellos les aprobaron una declaración de independencia unilateral en Cataluña y nosotros estamos normalizando la situación”.

Y añadió: “Ellos dicen que son España y que nosotros no somos buenos españoles. (…) Esa es la derecha que practica la corrupción de la democracia, que cree que España es suya y que cuando llega al poder usa las instituciones en su beneficio para financiarse y mantenerse en el poder”.

EL RETO DE LA DESIGUALDAD

La intervención de Pedro Sánchez estuvo centrada en marcar las diferencias entre las políticas del PSOE y del PP y orillando cualquier referencia a los otros partidos que concurren a las elecciones autonómicas del 19 de junio.

Explicó que la desigualdad se ha ensanchado en España como consecuencia de la pandemia. “La igualdad es la asignatura pendiente” ahora, por lo que criticó a quienes no se quejan de que los camareros tengan que trabajar 12 hora, a los que “se rasgan las vestiduras porque el Salario Mínimo Interprofesional es de 1.000 euros” o a los que protestan por las limitaciones al precio de la energía.

Esos que se quejan, dijo, “suelen ser” los que “no dan un palo al agua”, los que “ganan millones” o los que se enriquecen “en la Bolsa” cuando el precio de la energía se dispara. Frente a ellos, la izquierda “protege a la clase media y echa una mano a los más vulnerables”, dijo Sánchez. “Cuando vienen mal dadas, la izquierda protege y la derecha recorta”, remató.

El presidente insistió en que en estos momentos “tenemos que hablar de democracia” porque “los momentos de mayor crispación coinciden siempre con que la derecha esté en la oposición”. Sánchez aseguró que “saben lo que hacen, saben lo que votan y saben incorporar muchísimo ruido a la vida política”.

Reprochó a la derecha que se empeñe en borrar la identidad de PSOE hablando de “sanchismo, de felipismo o de zapaterismo” según quien sea el líder del partido y les recordó que la socialdemocracia que invocan “se llama socialismo”.

“Son ya muchos años de democracia y muchos gobernados por el PSOE, y al final siempre se cumple la misma ecuación: cuando están en el Gobierno, corrupción, y cuando están en la oposición, crispación”, explicó para recordar que el PP votó en contra de revalorización de las pensiones de acuerdo al IPC, de reducir impuestos a la electricidad, y siguen “sin cumplir con sus obligaciones constitucionales y llevan tres años bloqueando la renovación del Tribunal Constitucional o del Consejo General del Poder Judicial sólo porque están en oposición”.