Con estas acciones, el Ayuntamiento quiere incidir en la importancia de sensibilizar a la sociedad en general sobre las repercusiones del paro cardiaco súbito y la relevancia que tiene aprender a hacer la reanimación cardiopulmonar para poder actuar a tiempo.

Cada ciudadano es un eslabón crucial de la ‘cadena de la vida’ y es importante que sepa qué hacer ante una parada hasta que llegan los servicios sanitarios.

De hecho, está demostrada la buena disposición de los madrileños que, al avisar de una parada al 112, se prestan mayoritariamente a iniciar el masaje cardíaco siguiendo las instrucciones telefónicas de los sanitarios.

El lema elegido este año por el Día Mundial de la Parada Cardíaca es ‘Salva corazones, salva vidas’. Los actos en los que participa SAMUR-Protección Civil forman parte de las acciones organizadas por el Consejo Español de Resucitación Cardiopulmonar (Cercp), una asociación científico-sanitaria sin ánimo de lucro, creada en 1999 y formada por organizaciones con una actividad acreditada en el ámbito del Soporte Vital (SV) y la Reanimación Cardiopulmonar (RCP), entre las que se encuentra Samur-PC.

LA ‘CADENA DE LA VIDA’

La ‘cadena de la vida’ es un concepto integral de asistencia mediante cinco eslabones que Samur-PC fortalece. El primero es la alerta precoz, sabiendo reconocer una parada y activando cuanto antes a los servicios de emergencia. El segundo es la reanimación cardiorrespiratoria básica por los testigos, para lo que resulta clave esta formación a los ciudadanos que hoy se lleva a cabo.

El tercer eslabón es la desfibrilación precoz, que los testigos puedan acceder sin demora a un desfibrilador (ya presente también en muchos vehículos de Policía Municipal y autobuses de la EMT). El cuarto son los cuidados avanzados por parte de las unidades de Samur-PC al llegar y el quinto, los cuidados hospitalarios.

Los resultados asistenciales de Samur-PC le sitúan como un servicio de referencia en toda Europa, con una supervivencia en paradas cardíacas sin secuelas neurológicas atendidas en la ciudad del 21%. Es decir, una de cada cinco personas que la sufren en la capital se recuperan sin secuelas gracias a la ‘cadena de la vida’. Esta tasa de recuperación es de las más altas registradas en las grandes ciudades del mundo.