Ochoa, biólogo molecular, Premio Nobel de medicina en 1959 y fallecido el pasado 2 de noviembre, merece "un gran acto en su memoria que tenga la característica de homenaje laico de Estado, en el que que participen la más altas magistraturas de la nación", explicó.

El consejero de Salud de la CAM, uno de los pocos representantes de la Administración que acudieron al funeral del profesor Ochoa -celebrado en Luarca y sin ritos religioos por voluntad propia-, afirmó que mientras en otros países de Europa "los panteones de hombres ilustres y los funerales de Estado son algo corriente, nosotros hemos pecado de modestos, teniendo en cuenta que acabamos de enterrar a uno de los grandes hombres de este siglo en la historia de la ciencia".

Recordó que "todos los españoles tenemos un capítulo pendiente con Ochoa, teniendo en cuenta que sus aportaciones ya están en la historia de la ciencia, por lo que es necesario un acto de despedida foral con repercusión en todos los niveles del Estado".

Según el doctor Sabando, el Gobierno de la nación también piensa en homenajear al Profesor Ochoa. La ministra de Sanidad, María Angeles Amador, también está interesada "y así me lo ha expresado".

El consejero de Salud de la CAM añadió que Amador le ha comunicado que el Ejecutivo tiene intención de establecer un premio a la investigación, con el nombre del Premio Nobel fallecido, y de celebrar un acto en memoria de este investigador nacido en Lurca.

Pedro Sabando, asturiano de Gijón, reconoció a Servimedia que echó de menos en Luarca, adónde acudió a despedir al "profesor Ochoa", la presencia del Gobierno de la nación.

El consejero contó que en el "funeral laico" de Severo Ochoa, "tal cual era su voluntad", estuvo "bien representado" el Gobierno del Principado de Asturias, con todos los presidentes que ha tenido esta región presentes: Rafael Fernández, Pedro de Silva, Cienfuegos Jovellanos y Juan Luis Rodríguez Vigil, y el actual, Antono Trevín.

Explicó que también acudieron los alcaldes de los pueblos y ciudades más significativas de Asturias y, en nombre del Gobierno de la nación, el secretario de Estado de Universidades.

"En la despedida de una persona que no sólo ha sido Nobel una vez -podía haberlo sido una vez más pero él mismo renunció a esa posibilidad- y cuyos trabajos han tenido la virtualidad de abrir un gran capítulo en la historia de la ciencia moderna, evidentemente, me hubiera gustado encontrarme en Luarca con lapresencia de algunos de nuestros ministros", reconoció.

No obstante, Sabando piensa que la ausencia de los máximos representantes políticos en la despedida a Severo Ochoa no ha sido por falta de atención hacia la figura del científico español o por falta de comprensión sobre su dimensión histórica desde el punto de vista científico. "Me parece que en España no tenemos incorporado a nuestro modo de hacer el capítulo de los grandes hombres", concluyó.