Así lo puntualizó en un comunicado emitido después de que este lunes la OCU instase a la aerolínea a que “cese” en lo que consideró una “mala praxis” relacionada con el ‘check in’ de sus vuelos y a tenor del “cúmulo” de quejas recibidas de los usuarios a causa de los “problemas y cobros abusivos” por parte de la compañía en torno a este proceso.

“Las OTAs extraen el inventario de Ryanair y, en muchos casos, malvenden nuestros vuelos y servicios auxiliares con márgenes ocultos y proporcionan información de contacto del cliente o detalles de pago incorrectos”, espetó la compañía.

A este respecto, con el fin de “proteger” a sus clientes, la empresa explicó que cualquier viajero que reserve a través de una OTA debe completar un “sencillo” proceso de verificación de cliente y puede elegir la verificación biométrica o, “alternativamente”, completar un formulario de verificación digital, “ambos totalmente conformes con todas las normativas” del Reglamento General de Protección de Datos.

“Esto es para asegurar que ellos, como el pasajero, hacen las declaraciones de seguridad necesarias y son informados directamente de todos los protocolos de seguridad y regulatorios requeridos al viajar, como lo exige la ley”, sentenció la aerolínea.