En declaraciones a Servimedia, Martín Ramírez dijo que si los tres políticos "tuvieran decencia" ya habrían dimitido de sus cargos, al tiempo que mostró su confianza en que el ministro del Interior destituya a Núñez Morgades. "Supongo que le hará asumir sus responsabilidades cesándole, ya que él no ha dimitido por decencia torera y personal", aclaró.

A su juicio, el desmantelamiento del poblado chabolista de Malmea fue "una sistemática violación del principio deigualdad de unas autoridades que tienen encomendadas por la Constitución la obligación de prestar a cualquier ciudadano que lo necesite los servicios mínimos indispensables para que su vida no sea un infierno".

El presidente de Presencia Gitana fua más lejos y añadió que las autoridades "denotan su carácter racista y xenófobo en su actuación discriminatoria y absolutamente intolerable. El procedimiento es repulsivo. Es un acto rodeado de todo el cinismo de unos políticos desalmados, un acto de inmoraldad antisocial", remachó.

BOCHORNO

Ante esta situación, Manuel Martín señaló el "bochorno y la vergüenza ajena" que le produce mantener con sus impuestos "semejante atajo de incompetentes, de arbitrarios y de conculcadores de las leyes más elementales".

Por todo ello, reclamó una intervención judical que aclare la actuación policial y arremetió contra la ex magistrada María Tardón, "hoy concejala gendarme, y que llamándose Tardón ha tardado muy poco en alcanzar su nivel de incompetencia. Es escndaloso oír de sus labios que se trata de seres ilegales cuando ella es la que está cometiendo las ilegalidades flagrantes", aseveró.

"A uno le dan náuseas", concluyó. "¿Y todavía dicen que ha sido una limpieza?. Ha sido un Kosovo a la madrileña", sentenció el presidente de Presencia Gitana.