En una conferencia en la Universidad Carlos III, invitada por el rector y ex presidente de la Cámara Baja Gregorio Peces-Barba, Rudi se refirió a la necesidad de aprobar esa reforma del Reglamento para agilizar el Congreso, y se mostró convencida de que los rupos han alcanzado ya un consenso básico al respecto.

Además de agilizar de forma general los debates, anunció que el nuevo Reglamento "deberá recoger una regulación más estricta y detallada de las obligaciones de los diputados, reforzando su deber de asistencia a las sesiones".

Asimismo, deberá recoger "algunas medidas innovadoras para evitar los perniciosos efectos del transfuguismo" o para mejorar el funcionamiento de las comisiones de investigación y las comparecencias de los altos cargos, ydeberá potenciar el uso de las nuevas tecnologías.

En este punto, Rudi avanzó algunas líneas del "Plan de Actuación" sobre nuevas tecnologías que debe aprobar la Mesa del Congreso, y que pretende desarrollar la red de intranet ya disponible, incrementar las funcionalidades de la página web del Congreso, y extender la transmisión electrónica de documentos.

Rudi comenzó diciendo que la Constitución Española consagra un modelo de democracia representativa "que garantiza un Gobierno limitado y responable", y aseguró que en los últimos años se ha mejorado la capacidad de controlar al poder Ejecutivo.

Debe ser el Parlamento, a juicio de Rudi, "el foro adecuado para el control de la actividad gubernamental, para la eventual erosión del Gobierno, pero también para la gestación de alternativas al mismo".

Al analizar la complejidad de la actual función legislativa, Rudi recordó que el Parlamento está mermado en sus competencias por arriba, debido a la Unión Europea, como por abajo, debido a la desentralización.

Sin embargo, consideró que esos tres niveles "pueden y deben coexistir sin que ello implique tener que reducir el protagonismo de los parlamentos nacionales".

Dando un paso más allá, Luisa Fernanda Rudi aseguró que esos condicionamientos debidos a la descentralización y a la construcción europea no deben impedir que el Congreso y el Senado "retengan un núcleo material de facultades originarias de decisión y de control que, por su propia naturaleza, serán siempre intransferibles e idelegables".