Según esta organización, la tasa de mortalidad se eleva al 25 por 10.000 refugiados por día en el campo zaireño de Ktale, el mejor organizado actualmente, y en la región de Goma el número de muertes diarias oscilan entre las 2.000 y las 2.500, cifras comparables a las que se barajaban en los peores días de la tragedia somalí.

Aunque ha mejorado la distribución de agua, los ruandeses únicamente reciben el 75 por ciento de lo que se considera la raión mínima diaria, 5 litros de agua por persona y día, por lo que Médicos sin Fronteras pide en un comunicado difundido hoy que se aumente con todos los medios logísticos necesarios el aporte de agua diario.

Del mismo modo, persiste una insuficiencia similar en la ayuda alimentaria, llegando a los campos de refugiados 300 toneladas de almentos al día cuando son necesarias 500.

A juicio de esta organización, en la "zona de seguridad" de Gikongoro ya han aparecido los primeros signos de hambruna y,según una primera evaluación de urgencia, el 50 por ciento de los niños menores de 5 años padece malnutrición.

El escrito agrega que, un mes y medio después del inicio de la 'Operación Turquesa', el problema del retorno de los refugiados, principal medio para evitar una catástrofe humanitaria, sigue en suspenso, debido a que la comunidad internacional no está garantizando el retorno en condiciones de normalidad y no se dispone de una fuerza militar internacional bajo mandato de Naciones Unidas que eviaría el miedo de los refugiados al retorno.

En su opinión, los 1.000 hombres que Naciones Unidas ha anunciado que enviará en lugar de los 5.500 anunciados inicialmente son insuficientes, como también es "irrisorio" el despliegue de 26 observadores previstos para velar por el respeto de los derechos humanos.

Finalmente, Médicos Sin Fronteras hace un llamamiento a las Naciones Unidas para que las tropas francesas que se van a retirar de la "zona de seguridad" sean reemplazadas por una fuerza interncional de mantenimiento de la paz. Recuerda a los Estados que deben proseguir con los esfuerzos humanitarios que han iniciado, pero dice que también deben aceptar sus responsablidades políticas.