Pont no quiso hacer declaraciones sobre el interrogatorio a la salida del juzgado, aunque comentó que el juez le "había pedido ayuda" y que él había contribuido a dársela. Según dijo, las preguntas que le formuló el magstrado se centraron en las actividades de la fundación.

El ex secretario de la Fundación Quail recordó que había presentado su dimisión ante la Generalitat, aunque ésta no la había aceptado. La administración autonómica todavía no ha pedido el permiso judicial necesario para intervenir Quail, con el fin de entrar en la sede de la fundación y comprobar sus datos económicos.

Tanto Javier de la Rosa como su apoderado, Arturo Piñana, y su socio, Narciso de Mir, todos ellos encarcelados, pertenecían a Patronato, además de Joan Josep Folchi, consejero de Grand Tibidabo y asesor del empresario, y de la esposa de éste, Mercedes Misol.

La Fundación Quail ha permanecido inactiva desde que se fundó, a pesar de que entre sus objetivos estaba el de facilitar la atención sanitaria de las personas sin recursos económicos, según fuentes del departamento de Justicia de la Generalitat.

Javier de la Rosa pudo haber utilizado supuestamente el capital de la entidad para realizar operaciones irregulares que levaron a descapitalizar Grand Tibidabo.