Según indicaron fuentes judiciales, en un auto dictado hoy por el juez instructor del "caso De la Rosa" se asegura que "la compraventa no se halla prefeccionada" y que puede constituir incluso un nuevo delito que será investigado posteriormente.

El magistrado ha nombrado también un administradorjudicial de las acciones para que De la Rosa no pueda volver a controlar la compañía que había presidido hasta 1994, ya que "revelaría la ineficacia del sistema legislativo y judicial español".

Respecto a la venta de acciones a Grand Tibidabo, el auto agrega que la transacción deberá "ser revisada por la Comisión Nacional del Mercado de Valores".

La decisión del juez Aguirre se ha hecho pública después de la petición de la misma por parte de Javier Nart, abogado de un grupo de pequeños accionista de Grand Tibidabo, que temían que el empresario intentara de nuevo hacerse con el poder de la sociedad en la junta general de accionistas que se celebrará mañana y el miércoles.

De la Rosa llegó a un acuerdo con Grand Tibidabo el pasado viernes para cederle su participación accionarial a la sociedad para su amortización, operación que le permitiría reducir en 1.935 millones de pesetas la deuda que tenía contraida con la empresa.

El magistrado también extiende en su auto el nombramiento de dos adinistradores judiciales a todos los paquetes accionariales de Nueva Madrugada, empresa del financiero, para su control, lo que impedirá a De la Rosa cualquier operación con ellos.