El empresario dice, a través de un comunicado difundido por su hermano Antonio de la Rosa, que el juez instructor le ha llamado "majdero y ridículo" y aseguró que "no puede ser objetivo en la instrucción" tras haber manifestado de él que "tenía manía persecutoria".

De la Rosa pide que tanto él como sus colaboradores sean puestos en libertad, ya que "se están vulnerando sus derechos constitucionales al no poder defenderse de falsas imputaciones que se les están haciendo a través de un sumario supuestamente secreto".

El financiero insistió en poder recibir en la cárcel a los representantes de los medios de comunicación para expicar sus puntos de vista sobre el caso y añadió que, si volviera a serle denegada esta petición, "se consideraría extraño, por ser potestad de la Generalitat".

El Departamento de Justicia del Gobierno catalán indicó ayer que era contraproducente autorizar entrevistas a presos cuando se instruyen causas que están bajo secreto sumarial.

Javier de la Rosa aseguró, en el mismo comunicado, no haber invertido nunca dinero en el periódico ya desaparecido "El Observador", tal como había afirmado el ex prsidente del diario, Armand Carabén.

Según dijo, "las personas que entregaron dinero a 'El Obervador' son las que deberían dar la cara y explicar las cosas claramente".