"Sólo cobro, por razones legales y por voluntad política, como secretaria general de la presidencia del Gbierno", dice Conde, y niega que esté cobrando también el sueldo por haber dejado de ser ministra y el de diputada.

Conde explica en su carta que "la legislación vigente no permite que un secretario de Estado cobre indemnización una vez que ha dejado de ser ministro", por lo que descarta que ella esté cobrando por dos conceptos distintos de la Administración.

"Los socialistas decidimos, cuando llegamos al Gobierno, que todos los miembros del Ejecutivo, incluidos los secretarios de Estado, renuncisemos a nuestro sueldo de parlamentarios, y así venimos haciendo desde 1982", dice la secretaria general de Presidencia.

Además añade que los miembros del Gobierno sólo cobran dietas de desplazamiento correspondientes a los parlamentarios cuando la circunscripción por la que han sido elegidos no es Madrid, "como cualquier parlamentario, sea del PSOE, PP, IU o de cualquier otro grupo con representación en la Cámara".

Por otra parte, la ex ministra opina que es un "detalle de mal gusto" mezclar su ctividad como miembro del Ejecutivo y los ingresos que por ella percibe con la actividad profesional de su marido, Alvaro Espina, y, según la carta, sólo puede obedecer "al deseo demagógico de demostrar que los socialistas incurrimos reiteradamente en comportamientos no éticos".

"Alvaro Espina ha sido, durante once años, un alto cargo de la Administración y hoy ha vuelto al servicio activo, en su puesto de funcionario del Ministerio de Economía y Hacienda. No hay nada ilegal o ilegítimo en su comportaiento, ni siquiera hay nada éticamente incorrecto", dice Conde.

La secretaria general de la Presidencia del Gobierno defiende que en su matrimonio, como en muchos de los matrimonios españoles, tanto el marido como la mujer trabajan, "y no creo que por ello haya que pedir excusas a la sociedad".

"Somos muchas las mujeres que llevamos años luchando firmemente por la igualdad, y no estoy dispuesta a renunciar a mis derechos, pero tampoco a que mi marido pague ello", opina en su carta.

A su enteder, todas estas afirmaciones contra su persona ("que obedecen bien a una ignorancia injustificable de la legislación vigente o al deseo de introducir opacidad en la vida política española") dañan claramente su imagen pública y pueden dañar la imagen del conjunto de los políticos socialistas, por lo que ha creído conveniente aclararlas en el citado diario de ámbito nacional.